Mi hijo,
porqué has puesto
tu confianza en Mí,
ningún mal te acontecerá.
Porque yo solo
he venido a ser tu Dios,
abundantes bendicíones
Derramaré.
Sobre tí y tu familia
te protejeré,
cúbriéndote debajo de Mis alas.
Todas tus necesidades
te las proveeré
y mandaré óngeles
que te cuiden.
Por cuanto has venido a Mí
abandonando todo lo demás,
recibirás mi poder
para haces todo lo que Yo hice
de modo que conozcan Mi gloria.
Esto sera por siempre ante tí,
alcanzando a otros a travéz
de la fortoleza que te he dado.
Olvida lo que otros
puedan decirte o hacerte.
Por cuanto Me haz conocido,
nunca te dejaré ni te abandonaré.
En tus momentos de aflicción
busca Mi rostro
¡y liberación sera tuya!
Porque tú has puesto á Jehová, que es mi esperanza.
Al Altísimo por tu habitación,
No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.
Pues que á sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.
(Salmos 91: 9-11)