Presenta Mi nombre ante toda la humanidad
para que puedan oir de Mí.
Es su decisión.
Ellos me pueden aceptar o rechazar.
Solo piensa en lo que debes hacer,
sin importarte
las consecuencias.
El Espiritu Santo convenserá los corazones;
preparará los corazones
de esos que son Míos.
Pura obediencia de tu parte
es lo necesario.
Pon tus ojos solamente en Mí,
busca mi rostro en todo tiempo.
Las cosas mundanas te distraerán
y te inducirán al mal.
Pero acércate nuevamente a Mí,
para seguír en Mi camino.
Hay real gozo caminando en Mi senda.
Convirtiéndote en Mi esclavo a la santidad
es lo único necesario.
¡Ésto entonces convierte
tu liberación del cautiverio,
a tu verdadera libertad!
¿No sabéis que á quien os prestáis vosotros mismos por siervos para
obedecerle, sois siervos de aquel á quien obedecéis, ó del pecado para
muerte, ó de la obediencia para justicia?
(Romanos 6:16))
