Reconoce los nombres que se traen ante
ti. Se te han dado a ti
para que tú los mantengas
en oración ante Mi.
Cada uno tiene una necesidad.
Tal vez no sepas que es,
pero tú eres llamado a interceder
por ellos.
Tu tarea es una tarea callada,
que no se les da a muchos.
Pero tú has sido escojido
y dotado para esta misma obra.
Porque Yo he visto tu corazón
y la compasión que tienes por otros.
Esto es lo que Yo te he dado
para que ellos tengan tus oraciones.
Aunque la tarea sea pesada
y requiera mucha paciencia,
te regocijarás en hacer Mi voluntad
y en ver el poder de Mis respuestas.
Amonesto pues, ante todas cosas, que se hagan rogativas,
oraciones, peticiones, hacimientos de gracias, por todos los hombres;
Por los reyes y por todos los que están en eminencia,
para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
(1 Timoteo 2:1,2)
