Mi cuerpo, necesito Mi cuerpo
que funcione como uno.
Necesito el movimiento de cada parte
con Mi mente en cada uno.
Necesito que cada parte sea sostenida
por las otras partes
de manera que si un miembro padece
todos los miembros se duelan con él.
Cuando buscas alejarte de Mí,
Me acercáre más a tí,
proporcionándote todo lo que necesitas,
creando ese gozo
que solo viene en el vivir en Mí.
Que ninguna parte del cuerpo diga
que no necesita el resto.
Ni que se sobre estime así mismo
como superior a los demás.
Les digo, todos son Míos.
Le advierto a coda uno
que no se sienta superior
a los demás.
Así de este modo me muevo entre ustedes,
creando lo que tu solo no puedes hacer.
¡Unánimes alzen sus voces
con alabanzas para Mí!
En realidad, Dios colocó cada miembro del cuerpo
como mejor le pareció. Si todos ellos fueran un solo
miembro, ¿qué sería del cuerpo? Lo cierto es que hay
muchos miembros, pero el cuerpo es uno solo.
El ojo no puede decirle a la mano: «No te necesito.» Ni
puede la cabeza decirles a los pies:
«No los necesito.»
(1 Corintios 12:18-21)
